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Articles by Alyson Kieda

Dios está escuchando

Carlos, un actor experto en artes marciales, honró a su madre cuando esta cumplió 100 años, compartiendo cómo lo había ayudado en su transformación espiritual. Escribió: «Mamá ha sido un ejemplo de fe y perseverancia». Crio tres hijos durante la Gran Depresión; sufrió la muerte de dos cónyuges, un hijo, un hijastro y nietos; y soportó muchas cirugías. «Ha orado por mí durante toda mi vida —continuó diciendo—. Cuando mi alma casi se perdía en Hollywood, ella estaba en casa, orando por mi éxito y mi salvación». Y concluyó: «Le doy gracias por ayudar a Dios a hacer de mí todo lo que puedo y debo ser».

¡Sigue hablando de Jesús!

En una entrevista, un músico recuerda que lo instaron a «dejar de hablar tanto sobre Jesús». ¿Por qué? Le dijeron que su banda podía ser más famosa y recaudar más dinero si dejaba de afirmar que su trabajo se trataba de Jesús. Después de pensarlo un poco, decidió: «El objetivo de mi música es compartir mi fe en Cristo. […] De ninguna manera guardaré silencio».

Lucha contra cosas «llamativas»

En la serie de televisión de la década de 1960, El show de Andy Griffith, un hombre le dice a Andy que debería dejar que su hijo decidiera cómo vivir, pero él no está de acuerdo. Dice: «No puedes dejar que un jovencito decida solo. Se aferrará a la primera cosa llamativa envuelta con cintas brillantes. Luego, cuando descubra que eso tiene un anzuelo adentro, ya es tarde. Las ideas equivocadas vienen envueltas con tanto brillo que es difícil convencerlos de que, a la larga, otras cosas podrían ser mejores». Conclusión: es importante que los padres sean un ejemplo de buena conducta y ayuden a «mantener lejos la tentación».

Pequeñas bondades

Amanda trabaja como enfermera a domicilio y rota entre varias residencias para ancianos. A menudo, lleva al trabajo a su hija Ruby, de once años. Para pasar el tiempo, Ruby empezó a preguntarles a los residentes: «Si pudieras tener tres cosas, ¿qué pedirías?», y a registrar las respuestas en un cuaderno. Le sorprendió descubrir que la mayoría deseaba cosas pequeñas: salchichas, pastel de chocolate, queso, aguacates. Entonces, Ruby abrió una página de GoFundMe para juntar dinero y cumplir estos deseos sencillos. Y cuando lleva los regalitos, también reparte abrazos. Afirma: «Es algo que te alienta. No hay duda».

Oportunidades de brillar

En marzo de 2020, mientras paseaba su perro por el Central Park en Nueva York, Whitney, un experto en finanzas jubilado, vio camiones y tiendas blancas con una cruz y el nombre de una organización benéfica que no conocía. Cuando supo que el grupo estaba construyendo un hospital de campaña para enfermos de COVID-19, preguntó si podía ayudar. Durante semanas, a pesar de las diferencias políticas y religiosas, él y su familia colaboraron en todo lo que podían. Whitney declaró: «Cada persona que conocí fue auténticamente agradable». Y elogió que nadie cobraba por ayudar a su ciudad en un momento de enorme necesidad.

Mi formadora

Cuando tenía siete años, a Thomas Edison no le gustaba la escuela y le iba mal. Un día, un maestro incluso dijo que estaba mentalmente confundido. Al día siguiente, después de hablar con ese maestro, su mamá, también educadora, decidió enseñarle en casa. Con el amor y el aliento de su madre (además del genio dado por Dios), Thomas llegó a ser un gran inventor. Más tarde, escribió: «Mi madre fue mi formadora. Era tan sincera, tan segura de mí; y yo sentía que tenía a alguien por quien vivir, alguien a quien no debía decepcionar».

¿Quién es Jesús?

¿Quién cree la gente que es Jesús? Algunos dicen que era un buen maestro, pero tan solo un hombre. C. S. Lewis escribió: «O este hombre era, y es, el Hijo de Dios, o de lo contrario, era un loco o algo peor. Puedes hacerlo callar como a un necio, puedes escupirlo y llamarlo un demonio, o puedes caer a sus pies y llamarlo Señor y Dios. Pero no nos inventemos alguna tontería arrogante y digamos que fue un excelente maestro humano». Estas conocidas palabras de Mero cristianismo proponen que Jesús no habría sido un gran profeta si hubiera afirmado falsamente que era Dios. Esa sería la mayor herejía.

El mensaje de la cruz

Tal como él lo expresa, Zhang se crio «sin Dios, ni religión ni nada». En 1989, buscando libertad para su pueblo, ayudó a liderar a estudiantes en una protesta pacífica, pero, trágicamente, eso llevó a que interviniera el gobierno y se perdieran muchas vidas. Por participar, lo incluyeron en la lista de las personas más buscadas. Luego de un breve encarcelamiento, huyó a una aldea lejana donde conoció a una anciana que le presentó el evangelio. Ella tenía una copia manuscrita del Evangelio de Juan, pero no sabía leer, así que le pidió a Zhang que le leyera. Mientras él leía, ella le explicaba; y al año, él creyó en Jesús.

Sin necesidad de una fórmula

Cuando Julia era joven, su bienintencionada maestra de escuela dominical entrenó a la clase para evangelizar, lo cual incluía memorizar versículos y una fórmula para compartir el evangelio. Con una amiga, lo probaron nerviosamente con otra amiga, temiendo olvidar un versículo o paso importante. Julia no recuerda si esa tarde concluyó con una conversión, pero supone que no. El enfoque pareció ser más dirigido a la fórmula que a la persona.

Nunca digas «no puedo»

Jana nació sin piernas y abandonada en un hospital. Sin embargo, dice que ser dada en adopción fue una bendición. «Estoy aquí por las personas que se volcaron a mí». Su familia adoptiva la ayudó a ver que había «nacido así por una razón». Le enseñaron a «nunca decir “no puedo”» y la alentaron en todos sus emprendimientos… ¡incluido convertirse en una acróbata y trapecista talentosa! Su actitud ante los desafíos es: «¿Cómo enfrento esto?», y motiva a otros a hacer lo mismo.