Mis hijos tuvieron la oportunidad de disfrutar de una pista de patinaje sobre hielo en el patio trasero de nuestra casa durante los fríos inviernos de Idaho, en Estados Unidos. Cuando eran niños, era un desafío persuadirlos a pararse sobre el hielo duro y frío porque sabían cómo dolía al caerse. Cada vez que trastabillaban, mi esposo y yo corríamos para ayudarlos a enderezarse y afirmarse sobre los patines.
Tener a alguien que nos ayude a levantarnos cuando caemos es el beneficio de disponer de esa mano amiga que se describe en Eclesiastés. Trabajar con otra persona hace que la tarea sea más agradable y eficaz (4:9). Además, un amigo trae calidez a nuestra vida. Al enfrentar desafíos, es útil que alguien se ponga a nuestro lado para ofrecernos apoyo práctico y emocional. Este tipo de relaciones puede darnos fortaleza, propósito y consuelo.
Cuando nos encontramos aplastados por el frío de las dificultades de la vida, ¿hay cerca una mano amiga? Si es así, tal vez Dios la haya enviado. O cuando una persona necesita a un amigo, ¿podríamos ser nosotros la respuesta de Dios para ayudar a levantarla? Si somos un compañero para alguien, encontraremos seguramente otro para nosotros. Si parece que no hay nadie, Dios está presente y dispuesto siempre a ayudarnos (Salmo 46:1).
Joan C em 5 Diciembre 2018 a las 05:45
Padre en el cielo, Te agradezco por Tu misericordia y Tu gracia. Gracias porque siempre estás cerca para levantarme cuando me caigo. Gracias por animarme a través de las personas que has colocado en mi vida e incluso por los momentos difíciles en que hay quienes me denigran. Estos tiempos, querido Jesús, sé que estás ahí, fortaleciéndome en el camino. Eres mi MEJOR amigo, mi Hermano, mi Señor. ¡Gracias! Amén.
Rosa em 5 Diciembre 2018 a las 03:21
Tenemos tantos ejemplos bíblicos de personas que Dios ha utilizado para ayudar a otras en momentos difíciles, hasta la en la propia persona del Señor Jesús en sus últimos momentos. En mi propia vida reflexionando está mañana con este devocional, vienen tantos nombres a mi mente de hermanos, familiares y amigos que Dios ha puesto en mi camino en momentos de dificultad, que no tengo mas que palabras de agradecimiento a nuestro Gran Dios por estar siempre ahi y por haber usado a estas personas en mi debilidad. Usáme Señor, a tus pies estoy para servir de igual modo al que lo necesite. Buen día hermanos