Month: Agosto 2012

Deshaciéndonos de la culpa

«Ya no los soporto.» ¿A qué se refiere Alexandra Baker, de 23 años de edad? ¿A las cucarachas? ¿A los cumpleaños? ¿A días con el cabello despeinado?

No, la joven mujer de Albany, Nueva York, está hablando acerca de sus tatuajes. Su historia, según se contó en un reciente artículo de la Associated Press, es algo muy común.

De hecho,…

Giro total

Bill era un amigo mío del seminario, que había aceptado a Cristo como Salvador después de vivir un estilo de vida descaradamente pecaminoso. Él lo describía así: «Iba conduciendo por la calle mientras bebía una botella de brandy y con la esposa de otro hombre sentada a mi lado. Cuando veía algunos cristianos en la acera que le testificaban a la gente, pasaba de largo y les gritaba: “¡Tontos!”. Pero, a las pocas semanas, me encontré arrodillado en una iglesia y pidiéndole a Cristo que fuera mi Salvador y Señor». La conversión de Bill hizo que abandonara sus antiguos caminos y que experimentara una nueva vida en Cristo. Se produjo un giro total en él.

¡Vaya muleta!

¿Alguna vez has tenido que usar una muleta? Yo nunca he tenido que hacerlo, pero una cosa sé: una muleta está diseñada para hacerle la vida muchísimo más fácil a la persona que la está usando.

Algunas veces uno conoce personas que dicen que el cristianismo no es nada más que una muleta, que la única razón por la que…

Lavar oro

Mientras estábamos de vacaciones en Alaska, visitamos la mina de oro El Dorado, cerca de Fairbanks. Después de recorrer el lugar y ver algunas técnicas de minería de la época de la Fiebre del Oro, pudimos lavar un poco de este precioso mineral. Nos dieron a cada uno un recipiente y una bolsa con tierra y piedras. Después de poner el contenido en la batea, agregamos agua y lo movíamos en círculos para que se desprendiera el cieno, y el oro, que es pesado, se depositara en el fondo. Aunque habíamos visto trabajar a expertos, no tuvimos buenos resultados. ¿Por qué razón? Preocupados por la posibilidad de desperdiciar algo de valor, no queríamos desechar las piedras que no valían nada.

Mi verdadero hogar

Debo confesar que el cielo no me emociona tanto. Veo las interpretaciones de los artistas y escucho las descripciones bíblicas. Por alguna razón, simplemente no provoca reacción alguna en mí. ¿Qué es lo que me pasa?alguna en mí. ¿Qué es lo que me pasa?

Leo las eternas esperanzas de Pablo y no puedo negar cómo esta mirada fija en el…

Hasta quedar lleno

Un amigo mío que vive en Singapur me contó algo sobre un antiguo saludo chino. En vez de decir «¿cómo estás?», preguntan: «¿Comiste hasta quedar lleno?». Es probable que el dicho se haya originado durante una época en que escaseaban los alimentos, y muchas personas no sabían cuándo iban a comer otra vez. Cuando disponían de comida, era aconsejable comer hasta quedar satisfechos.

Cómo orar por los demás

Cuando oras por otras personas, ¿qué es lo que normalmente le pides a Dios? ¿Sanidad? ¿Algún ascenso profesional? ¿Ayuda económica? ¿Un buen matrimonio? ¿Protección? A primera vista, no hay nada malo con estos pedidos de oración. Sin embargo, hay cosas más importantes en la oración intercesora que nuestra comodidad. Hay cosas más importantes en la oración por otra persona que…

Servir bien y con alegría

Hoy, hace nueve años, un querido amigo salió a correr durante la hora del almuerzo, y nunca volvió. Kurt De Haan, que era el editor general de Nuestro Pan Diario, murió de un ataque al corazón ese soleado jueves. Algunos de los que trabajábamos con él, conservamos todavía cosas suyas de valor sentimental en nuestras oficinas.

La seguridad del alma

Aquejado por «la etapa temprana de la enfermedad de Alzheimer», Thomas DeBaggio registró su pérdida gradual de la memoria en un diario que se convirtió en el libro titulado Losing My Mind[Perdiendo la razón]. El libro registra el perturbador proceso en el que, poco a poco, todas las tareas, todos los lugares y todas las personas quedan en el olvido.…

La nueva normalidad

Un pastor, capacitado para aconsejar en casos de traumas emocionales y sufrimiento, comentó que el mayor desafío para quienes sufren no es la tristeza que sigue a la pérdida, sino la adaptación a una forma de vida diferente. Lo que antes parecía normal tal vez nunca vuelva a ser así. Por eso, el reto para aquellos que brindan ayuda es colaborar con esas personas mientras se adaptan a la «nueva normalidad». Es probable que esta ya no incluya una buena salud, relaciones interpersonales apreciadas ni un trabajo satisfactorio. Tal vez implique vivir sin un ser amado que ha muerto. La gravedad de tales pérdidas nos obliga a vivir una clase de vida distinta, independientemente de lo incómoda que pueda resultar.